Muchas personas reciben fortaleza, motivación, exhortación y dirección por medio del servicio que ofrecen al SEÑOR los pastores, maestros y en general, los guías espirituales en la fe. Muy pocos son los que están comprometidos con amarles, honrarles y apoyarles. Sin embargo, las Sagradas Escrituras nos instan a hacerlo, y una de las formas de lograrlo es orando por ellos.
Uno de los emisarios más aventajados del Mesías, Pablo, reconoció en varias ocasiones que necesitaba que los hermanos de la Congregación oraran a su favor. A la comunidad en Corinto, Pablo escribió: «Para ello contamos con vuestras oraciones a nuestro favor; y así, siendo muchos los que interceden por nosotros, también serán muchos los que darán gracias por el don concedido a nosotros» (2 Cor. 1:11). Él solicitó a los creyentes en Roma: «Os ruego por nuestro Señor Yeshúa el Mesías y por el amor del Espíritu, que me ayudéis en las oraciones por mí ante Dios» (Rom. 15:30). Dos veces se lo pide a los Tesalonicenses: «Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros» (2 Tes. 3:1;1 Tes.5:25).
Aquí te ofrecemos 12 maneras bíblicas y específicas en las que puedes orar por tus pastores o guías en la fe:
- Ora para que siempre tengan la fortaleza interior para mantener su comunión íntima con Dios (Mr. 1:35; Jn. 17:3,21;).
- Ruega para que mantengan su matrimonio y familia como su prioridad. Son su primer ministerio (Efe. 5:25; 1 Tim. 3:4).
- Suplica que busquen continuamente la dirección divina para guiar y apacentar la comunidad con integridad, sabiduría e inteligencia (Sal 78:70-72; Exo. 33:13-15; Sal. 32:8).
- Ruega para que disciernan lo que es más importante y sean guardados de la imposición de lo urgente (Hec. 6:1-4).
- Pide por su consagración e integridad, para que no caigan en la tentación (Sal. 24:3-5; Mat 6:13).
- Pide que tracen bien la Palabra de la Verdad e instruyan siempre con sana enseñanza, con la guía y el poder del Espíritu (2 Tim. 2:15; 1Co 2:4; Tit. 1:9; 2:1).
- Ora que tengan libertad para enseñar la verdad y gracia para hablar con humildad y valentía (Hec. 4:29,31; Hec. 20:18-21; Efe. 6:19).
- Implora que el Eterno les asista con Su respaldo para ayudar a levantar discípulos que se multiplican y dan mucho fruto para gloria del Padre (Jn. 15:8; 2Tim. 2:2; Efe. 4:11,12).
- Pide que el Todopoderoso los habilite con favor, dones y milagros que conlleven al avance del Reino (Jn 14:12; 1Cor. 12:4-10; Luc 5:15-16; Éxo. 33:13-15; Mat 12:28; Hec 19:11; 28:31).
- Suplica para que sostengan en la mente que el verdadero éxito en su servicio se mide por la fidelidad al Eterno, al Mesías y a su llamado, nada más y nada menos (1 Cor. 4:1-2; Apo. 2:10; Neh. 9:7-8).
- Clama para que el Eterno los proteja de los ataques espirituales, de enfermedad, debilidad y de las críticas destructivas, falsedades y chismes, y que tengan un corazón humilde frente a la gente abusiva y mezquina (Efe. 6:12; 2Cor. 2:11; Prov. 26:4).
- Pide al Padre que el pueblo que es enseñado y guiado por ellos sea sensible y comprenda que los pastores, maestros y guías espirituales requieren de recursos con los cuales se sostienen y mantienen la obra del Señor (Luc. 8:1-3; Gál. 6:6; 1Ti 5:17-18; 1Cor. 9:9-11).
Mis pastores y maestros: “en cuanto a mí, que el SEÑOR me libre de pecar contra él dejando de rogar por ustedes…” (1Sam. 12:23a).