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Uno de los atributos más importantes con los cuales las Escrituras presentan al Eterno es el atributo de la Fidelidad. El salmista dice de Él «…Tu fidelidad te rodea». (Salm. 89:8). Debido a que uno de los propósitos del Padre para con nosotros sus hijos es que le imitemos (Efe. 5:1), es menester comprender de qué se trata, cómo el Creador interactúa con los que manifiestan este atributo, cómo y cuándo se demanda la fidelidad, cómo es que a través de la fidelidad alcanzamos las bendiciones que el Eterno ha prometido que heredaremos a nivel espiritual, sicológico, material, etc.

Es de trascendental importancia examinar también cuáles son las señales o síntomas de la fidelidad y de la infidelidad, cómo evaluarnos y cómo lograr desarrollar y perfeccionar este atributo en nuestras vidas como esposos, amigos, discípulos, socios, creyentes y en cada aspecto de nuestras vidas, pues al fin y al cabo descubriremos que la fidelidad deberá permear nuestra vida completa, si es que queremos disfrutar de genuino bienestar en este mundo y en el porvenir.



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