¿Qué es Purim?
Purim se reconoce como la más alegre de las fiestas que celebra el pueblo de Israel, debido a que Di’s salvó a todos los judíos del exterminio de manos del imperio Persa que gobernaba el Rey Ajashverosh (Asuero). La historia está narrada en la Biblia en el Libro de Ester (Meguilat Ester).
La fiesta de Purim es festejada por nuestros hermanos judíos todos los años el 14 del mes hebreo de Adar; que en este año secular 2024 comienza el sábado 23 de marzo después de la puesta del sol y continúa durante todo el domingo 24 de marzo hasta el anochecer).
La forma de festejar Purim es enviando regalos a los amigos, escuchando la lectura de la Meguilá, donando a los pobres y con un banquete de abundante bebida y comida.
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¿Qué ocurrió en el Imperio Persa?
Todo comenzó en la antigua Persia, en el siglo 4 a.e.c. El Santo Templo que se levantaba en Jerusalén había sido destruido hacía 50 años, y los judíos eran súbditos del poderoso imperio persa, que se extendía por 127 países.
Tres años después que el Rey Asuero (Ajashverósh) ascendió al trono de Persia, cuando se sintió seguro en su nuevo cargo, celebró con una gran fiesta que duró 180 días para todos sus súbditos. Siguiendo a esta extravagante gala, Ajashverósh realizó una fiesta más pequeña de una semana de duración para los residentes de Shushan, la ciudad capital. En el área de las mujeres del palacio, la esposa de Ajashverósh, la Reina Vashti, realizó su propia fiesta para las mujeres del pueblo de Shushan.
En el séptimo día de esta fiesta, el corazón de Ajashverósh “estaba alegre por el vino”, y ordenó que su esposa Vashti se presentara ante todos los hombres presentes en la fiesta —quería mostrarle a todos su exquisita belleza. Vashti se mostró reacia al pedido, y ante la sugerencia de su consejero Memujan, Ajashverósh ordenó la ejecución de Vashti.
Un Concurso de Belleza
Cuando la cólera de Ajashverósh se disipó, se sintió sólo sin una esposa. Sus sirvientes le sugirieron que organizara un desfile de belleza. Serían designados funcionarios en todas las tierras del rey, y todas las niñas hermosas serían traídas a Akjashverósh. Y la niña que hallara favor a los ojos del rey sería la nueva reina.
El líder de los judíos en esa época era un residente de Shushan llamado Mordejai (Mardoqueo). Él tenía una prima, Ester (Hadasha) que había quedado huérfana de niña. Mordejai la crió y la trató como una hija. A pesar que ella no deseaba ser reina, Ester fue llevada a la fuerza al harén del rey, para participar en el concurso. Mientras las otras concursantes se embellecían con perfumes y lociones, Ester no hacía nada. Pero Di’s tenía sus propios planes. Cuando Ester se presentó ante el rey, inmediatamente él se enamoró de ella, y Ester se convirtió en la nueva Reina de Persia. Pero por orden de Mordejai, Ester se rehusó a divulgar su nacionalidad —aun al rey.
Mordejai al Rescate
Poco después que Ester se convirtiera en reina, Mordejai oyó a dos de los chambelanes del rey discutiendo un plan para asesinar al rey. Mordejai los denunció, y los traidores fueron ahorcados.
Hamán, el Primer Ministro Antisemita
Entretanto, Hamán, uno de los ministros de Ajashverósh fue ascendido al cargo de Primer Ministro. Hamán era un virulento enemigo de los judíos; en realidad era descendiente de la notoriamente antisemita nación de Amalec.
Inmediatamente después de su ascenso, el rey emitió un decreto ordenando que todos se inclinaran cada vez que Hamán aparecía. Hamán se paseaba con un gran ídolo colgado de una cadena alrededor de su cuello. Cuando Mordejai, un orgulloso judío, se rehusó a inclinarse, Hamán se enfureció. Resolvió tomar venganza contra todos los judíos, y arrojó suertes (Heb. purim) para determinar el día “afortunado” para implementar su plan. La suerte cayó en el decimotercer día del mes hebreo de Adar.
Hamán se aproximó a Ajashverósh y le ofreció 10.000 talentos de plata a cambio del permiso para exterminar a los judíos. Ajashverósh, que tampoco era amigo de los judíos, le dijo a Hamán: “El dinero es tuyo, guárdalo, y la nación es tuya para hacer lo que te plazca”.
Inmediatamente Hamán envió proclamas a todas las tierras del rey. Esos bandos, sellados con el sello real, ordenaban que la gente se alzara contra los judíos y los mataran a todos —hombres, mujeres y niños —el siguiente 13 de Adar.
El Pedido de Mordejai
Mordejai se enteró del decreto. Rasgó sus vestiduras y se vistió con arpillera. Envió un mensaje a Ester, pidiéndole que se presentara ante el rey y le rogara que salvara a su pueblo. Ester le respondió que de acuerdo con las leyes, cualquiera que se presentara ante la presencia del rey sin ser convocado sería condenado a muerte —a menos que el rey le extendiera a esa persona su cetro de oro. “Y yo” dijo Ester “¡No he sido convocada por el rey desde hace treinta días!”
Mordejai envió otro mensaje: “No pienses que escaparás a la suerte de los judíos por estar en el palacio del rey. Porque si permaneces en silencio en este momento, el alivio y la salvación vendrán para los judíos de otra fuente, y tú y la casa de tu padre se perderán. Y quien sabe si no fue para este momento que tú llegaste a esta posición real” (Est 4:13-14).
Ester aceptó presentarse ante el rey. Pero le pidió a Mordejai que reuniera a todos los judíos de Shushan y que ayunaran tres días y tres noches. Y después de este ayuno. Ester arriesgaría su vida y se presentaría ante el rey.
Mordejai cumplió con el pedido de Ester. Reunió a los judíos de Shushan —especialmente los niños, 22.000 de ellos —y ayunaron, se arrepintieron y oraron a Di-s.
El Primer Banquete
Tras tres días de ayuno, Ester vistió sus vestimentas reales y entró a la cámara de Ajashverósh. Inmediatamente el rey extendió su cetro. “¿Qué ocurre?” Preguntó Ajashverósh. “¿Cuál es tu pedido?”
“Quisiera invitar al rey y a Hamán a un pequeño banquete que he preparado” respondió Ester.
Y el rey y Hamán se unieron a Ester en el brindis. Durante el banquete, el rey nuevamente preguntó a Ester si no tenía nada que pedir. “Si” respondió Ester. “Apreciaría que mañana, nuevamente, el rey y Hamas se unieran a mi para un banquete. Y entonces le diré al rey mi pedido”.
Hamán abandonó la fiesta alegre y orgulloso. ¡Qué honor le había sido concedido! Pero parado a la puerta del rey estaba Mordejai —quien aun se rehusaba a inclinarse ante Hamán —y Hamán estaba furioso. Cuando arribó a su hogar, su esposa y sus sabios consejeros le sugirieron que levantara una horca, y luego fuera al rey y pidiera permiso para ahorcar a Mordejai. Excitado Hamán preparó la horca.
El Comienzo del Fin
El sueño abandonó al rey esa noche, por lo que pidió a sus sirvientes que le leyeran las Crónicas Reales. Ellos cumplieron las órdenes del rey. Leyeron en las Crónicas cómo Mordejai salvó la vida del rey, cuando sus dos chambelanes tramaron un complot para matarlo.
“¿Fue recompensado por este buen acto?” Preguntó Ajashverósh. “No, no lo fue” respondieron los sirvientes.
En ese momento Hamán entró al patio del rey. ¿Su propósito? ¡Pedir permiso al rey para ahorcar a Mordejai! Antes que Hamán pudiera pronunciar palabra, Ajashverósh se dirigió a él: “Hamán, en tu opinión, ¿qué se debe hacer a una persona a la que el rey desea honrar?”
Hamán, que estaba seguro que el rey quería honrarlo, respondió: “Trae las vestimentas reales y un caballo real. Y que uno de los nobles del rey vistan al hombre y lo lleven en el caballo a través de las calles de la ciudad, proclamando ante él: ¡Así se hace al hombre a quien el rey desea honrar!’”
“Gran idea” respondió Ajashverósh. “¡Trae las vestimentas y el caballo y haz eso con Mordejai, el judío!”
Hamán no tuvo otra opción que cumplir. Al día siguiente fue y honró a Mordejai como el rey había ordenado, e inmediatamente se apuró a unirse al rey y Ester para…
El Segundo Banquete
“¿Cuál es tu pedido?” Preguntó a Ester un curioso rey Ajashverósh en el banquete.
“Si he hallado favor a tus ojos, oh Rey” suplicó Ester “y si place al rey, que mi vida me sea concedida por mi súplica, y la vida de mi pueblo por mi pedido. ¡Pues mi pueblo y yo hemos sido vendidos para ser aniquilados, muertos y destruidos!” Entonces Ester identificó a Hamán como la malvada persona que deseaba perpetrar esta atrocidad.
El rey de enojó grandemente. Cuando se le informó que Hamán había construido una horca para Mordejai, ordenó que Hamán fuera ahorcado en esa misma horca.
Las Cosas se Dan Vuelta
En ese día las propiedades de Hamán le fueron entregadas a Ester y Mordejai fue designado Primer Ministro en lugar de Hamán.
Pero Ester estaba lejos de sentirse satisfecha. Hamán estaba muerto, pero su malvado decreto aún estaba en vigencia. De acuerdo con la ley persa, una vez que el rey emitía un decreto, no podía ser dejado sin efecto. Pero el rey dio a Mordejai y Ester permiso, y ellos, rápidamente escribieron un decreto que revocaba el edicto de Hamán. El decreto otorgaba a los judíos permiso para defenderse contra sus enemigos. Y en ese momento, considerando que todos sabían que la reina y el Primer Ministro eran judíos, ¡nadie evitó que los judíos hicieran esto!
Y los judíos de Shushan fueron tan felices. ¡Las celebraciones abundaron!
La Batalla
El 13 de Adar de ese año, los judíos de todo el Imperio Persa se movilizaron y mataron a los enemigos que querían matarlos. En Shushan, entre los muertos estaban los diez hijos de Hamán.
Ester pidió al rey permiso para que los judíos de Shushan tuvieran un día más para destruir a sus enemigos —y el rey accedió a su deseo. En ese día, el 14 de Adar, los judíos de todo el mundo celebraron, y los judíos de Shushan mataron a más de sus enemigos, y también ahorcaron a los hijos de Hamán. Por consiguiente los judíos de Shushan descansaron y celebraron el 15 de Adar.
En Conmemoración
Mordejai y Ester establecieron una festividad para conmemorar esos eventos. Los judíos de todo el mundo celebran el 14 de Adar, mientras que los residentes de ciudades amuralladas —como Shushan —celebran el 15 de Adar. Esta festividad es llamada “Purim” y es la más alegre del calendario judío.
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